Adela Romero Barboza:El Líder Coach
Tales conversaciones son las que movilizan e inspiran a lograr la autonomía responsable de cada colaborador, pasando por una mayor creatividad e innovación, valorando el aprendizaje, e incluso el error, generando un clima de confianza y removiendo los obstáculos que limitan un desempeño superior.Ser un Líder-Coach exige competencias distintas, no tradicionales, donde la autoridad pasa a jugar un papel secundario y la influencia e inspiración se logra gracias al tipo de conversaciones que se manejan.
John Whitmore se refiere al coach como aquella persona capaz de “destrabar” el potencial de una persona, para maximizar su propio desempeño, y efectivamente, eso hace un Líder- Coach, minimiza los obstáculos y maximiza las posibilidades de acción cuando esa acción, en ocasiones, se ve comprometida y limita la posibilidad de lograr los resultados que se desean obtener.
Si el espacio de trabajo no es un espacio seguro, le será difícil al colaborador identificar lo que está y no está funcionando bien en su desempeño, esto, con el fin de aplicar nuevas conductas y atreverse a aprender de nuevas experiencias; su tiempo y energía estará en buena parte orientado a “sobrevivir” , a “cuidarse” y “defenderse” emocionalmente, porque dentro de cada uno de nosotros habitan dos voces: una que llamaremos “A”, que quiere lograr, hacer, triunfar, avanzar, y también esta una “B”, que es limitada, negativa, pasiva, llena de miedo e inseguridades. De allí la necesidad del líder de saber gestionar el espacio emocional.
El Líder-Coach, como agente “emocional” que también es, necesita generar y propiciar un clima de apertura, y esa gestión emocional también se hace conversando, porque lo habitual es que las cosas que no nos gustan, lo que no sale bien, lo que nos limita, no se habla sino que se calla, olvidando que la inteligencia emocional juega un papel determinante en los resultados, ya que de nuestras emociones y estados de ánimo depende nuestra capacidad de acción y la posibilidad e imposibilidad de “hacerme cargo”.
Desde las conversaciones podemos propiciar y contribuir a que nuestros equipos sean exitosos, generando hábitos de efectividad, trabajando en ellos y maximizando sus resultados; dicen que los equipos se asemejan a sus líderes.
Un líder-coach acompaña desde las conversaciones frecuentes, estimulando la capacidad reflexiva, propiciando el “awareness”, delegando, confiando y contribuyendo al aprendizaje permanente y al crecimiento y madurez “emocional” de su gente. Lograrlo, claro que es complejo, porque requiere de mucho mayor esfuerzo. Es mucho más sencillo ser un líder tradicional basado en el mando y control. En ocasiones pareciera que el énfasis esta en la manera como los liderados actúan, y nos olvidamos que el primero que requiere revisar su propio estilo es el líder, para aprender de sí mismo y autoevaluar si está utilizando las competencias adecuadas para ejercer su rol.
Pero, ¿Cuáles son estas competencias?
-Conversar, lo que implica saber escuchar. Una de las principales incompetencias que tenemos los seres humanos es la escucha; tenemos “escucha selectiva” y dejamos de escuchar aquello que no nos gusta o no nos interesa.
-Toda conversación efectiva debe tener un objetivo específico.
-La conversación del líder-coach no es para que lo escuchen a él todo lo contrario, está basada en preguntas, para entender qué le pasa al otro, donde está la dificultad del otro.
John Whitmore se refiere al coach como aquella persona capaz de “DESTRABAR”...
-Un líder-coach reta, cuestiona, muestra o indaga sobre otras posibilidades. “¿Y qué has hecho hasta ahora?”
-Pregunta por un plan de acción. “¿Y ante esta situación, que se te ocurre?” “¿Qué estás dispuesto a hacer, a lograr?” Moviliza a la acción
-Acompaña y contribuye para que ese plan de acción se cumpla, con un seguimiento empático, nutritivo y no coercitivo. “¿Qué más necesitas hacer?”, “¿Qué dificultades te están limitando?”, “¿De qué otra manera lo podrías hacer?”, “¿Has revisado esta otra opción?”
Finalmente, no podemos dejar de mencionar el tema de la confianza, fundamento de toda relación y base de la relación líder-liderados.