Prácticas de sostenibilidad para cualquier empresa
Hoy en día, la sostenibilidad juega un papel clave en las estrategias corporativas de cualquier empresa. De hecho, el respeto al medioambiente no solo es importante de cara a la valoración que los consumidores hacen de un negocio, sino también desde el marco legal y en el ámbito económico.
Pero ¿cuáles son las prácticas de sostenibilidad que debe llevar a cabo cualquier empresa? Esta es la cuestión que queremos resolver aquí.
Las claves principales: ahorro energético y de recursos
El punto más importante de todos tiene que ver con el consumo energético. Reducirlo al mínimo es fundamental para incrementar el grado de sostenibilidad de la empresa. Esto puede hacerse, por ejemplo, sustituyendo las lámparas convencionales por luces LED, ajustando la temperatura de los equipos de climatización (entre 26 y 28 grados en verano y entre 21 y 23 grados en invierno) y sustituyendo los equipos por otros más eficientes.
En este sentido, los casinos online que permiten jugar blackjack y otros tipos de negocios virtuales son un buen ejemplo. Mediante la mejora de la eficiencia de los servidores, es posible mantener los índices de actividad sin que ello suponga un incremento en la factura energética. La inversión realizada en incrementarla se amortiza en un plazo relativamente corto de tiempo mediante el ahorro plasmado en ella.
Por su parte, otra práctica muy útil consiste en la reducción de recursos físicos y, sobre todo, de papel. Actualmente, la digitalización de documentos es muy útil para las empresas chilenas. Sobre todo, cuando se lleva a cabo en soportes digitales en la nube. De este modo, tampoco hace falta gastar dinero en discos duros, servidores ni grandes computadoras.
Este punto nos lleva a otro igual de relevante. Al reducir los recursos empleados, también disminuyen los residuos. Además, conviene poner en práctica la denominada como “reglas de las 3 erres”, que son: reducir, reciclar y reutilizar.
Otras prácticas de gran relevancia
La empresa en sí misma no es la única que debe mostrarse respetuosa con el medioambiente. Además, a la hora de seleccionar a sus proveedores y distribuidores, ha de prestar especial atención a aquellas que muestran unas mejores prácticas en materia de sostenibilidad. Es decir, las contrataciones en este sentido han de hacerse siempre desde el compromiso con el planeta.
Por otro lado, los trabajadores necesitan formación medioambiental para, por ejemplo, ser conscientes de la importancia de usar el transporte público para llegar al centro de trabajo. En caso de que sea imposible, compartir coche es siempre una gran alternativa.
Colaborar con acciones climáticas llevadas a cabo por organizaciones no gubernamentales (ONG) u otros colectivos, medir y reducir la huella de carbono o incentivar comportamientos responsables con el medioambiente por parte de los clientes son otras propuestas que deben ser tenidas muy en cuenta.
Sin duda, llevar a cabo todas estas acciones harán que cualquier negocio en Chile mejore su comportamiento medioambiental. Algo que, con el paso del tiempo, mejorará su eficiencia, su imagen corporativa y su margen de beneficios. No olvidemos que, hoy en día, el grueso de los consumidores valora en gran medida este tipo de prácticas.