El desarrollo sostenible, como modelo estratégico de progreso y acción, contempla alcanzar sociedades más prósperas. Dentro de una visión bidireccional, esto redunda en una mejor salud y calidad de vida para las personas, mientras que garantizar y promover una vida sana permite, a su vez, construir sociedades más productivas.  

 

La relación entre salud y crecimiento económico, es innegable. De allí que los distintos actores del sector han debido reformular sus estrategias para adaptarse a un mundo que demanda formas diferentes de hacer las cosas. Ser meros prestadores de servicio no es suficiente, deben transformarse en socios estratégicos de la salud y bienestar de los individuos.

 

Esta visión empieza desde la base de la pirámide, tomando en cuenta a los empresarios y cómo velan por la salud de los colaboradores como una arista importante a tratar, porque el burnout es una realidad a todo nivel dentro de un organización.

 

Una reciente encuesta de Gallup, State of Global Workplace, reveló que el estrés en el trabajo alcanzó niveles sin precedentes, donde alrededor del 44% de los empleados encuestados dijeron que experimentaban "mucho" estrés en el desempeño de sus labores. Otro dato interesante es que el 59% está "renunciando en silencio", es decir, no está comprometidos; y el 18% está "renunciando en voz alta", que es el acto de estar activamente desvinculado, pero todavía empleado. Gallup calcula que el bajo nivel de compromiso está costando a la economía mundial casi US$ 9 billones. ¡Una cifra que debería encender las alarmas!

 

Es así como, en consonancia con nuestra visión y línea editorial, hemos incluido una edición anual sobre salud, abriendo nuestras páginas para conversar de la verdadera innovación en el cuidado de la salud en la República Dominicana, aquella que habla de bienestar y de productividad, redundando en una mejor calidad de vida para las personas y, en consecuencia, en una mejor sociedad.