Estas son algunas de las preguntas que suelen hacerse aquellos que provienen del mundo análogo y les ha tocado insertarse en el mundo digital.

El síndrome de impostor tiende a atormentar a las personas de la denominadas economía silver o de plata; es decir, aquellas cuya edad data de cincuenta años en adelante.

Y es que el mundo ha cambiado drásticamente. Lejos están los tiempos en los que las personas obtenían un título universitario, conseguían un empleo, hacían carrera dentro de una empresa, y luego se retiraban.

El rango de esperanza de vida ha aumentado considerablemente. Dado los avances tecnológicos y de la salud, las personas viven cada vez más años con calidad y siendo productivos.

La transformación en el modo de hacer negocios ha sido exponencial y continúa cambiando vertiginosamente. Es decir, que el cambio es la nueva normalidad.

La buena noticia es que puedes reinventarte no importa en la etapa de tu vida en la que te encuentres. De hecho, esto puede ser muy positivo, especialmente si estuviste desempeñando alguna labor que no te gustaba. O si con el paso de los años te diste cuenta que tus intereses cambiaron. 

Y esto también aplica al uso de la tecnología como parte de tu desarrollo profesional y de negocios. 

A continuación, te comparto algunos tips que pueden ayudarte a insertarte y matenerte activo en este mundo de nativos digitales:

1. Abre tu mente a lo nuevo.  Lo peor que puedes hacer es rechazar el cambio, pues éste es lo único constante. Al abrazarlo, te permite procesar más fácil lo nuevo. Así que, debes estar dispuesto a estirarte, salir de tu zona de confort y convertirte en un eterno aprendiz. 

2. Explora. La tecnología cambia más rápido de lo que podemos asimilarla. Sin embargo, al explorar con curiosidad y paciencia, puedes aprender a mayor velocidad. Existen centenares de tutoriales en YouTube y otras plataformas, que te muestran paso a paso cómo hacer cualquier cosa. Busca y encontrarás. Practica y aprenderás. 

3. Sé paciente contigo mismo. Sí, vas a cometer errores cuando estés aprendiendo nueva tecnología, nuevas herramientas. Y mientras más rápido te reconcilies con esa idea, más prontamente lo superarás. Por lo que te sugiero que seas paciente y benevolente contigo mismo, pero sin desmayar. Pues la constancia es vital para progresar.   

4. Descubre tus pasiones y fortalece tus talentos. Esas cosas que amas hacer probablemente representen una oportunidad de negocio para ti. Y si puedes combinar varias de tus pasiones, aún mejor. Quién sabe si ese hobby puede terminar convirtiéndose en una actividad que, además de disfrutarla, puede generarte ingresos. Analiza cuáles son esas cosas para las que te piden favores constantemente. Aquellas que se te dan super bien sin hacer mucho esfuerzo. Presta atención a esto. Es posible que sea un indicador interesante para buscar cómo desarrollar un negocio en el que utilices esas habilidades.

5. Observa tu entorno. Dicen que no hay nada nuevo bajo el sol, pero las oportunidades están a la vuelta de la esquina, si te mantienes atento. Verifica qué producto o servicio te gustaría fuese mejorado o creado. Mira tu vecindario, quizás haya algún tipo de negocio que no esté disponible, o de estarlo, su oferta no sea tan atractiva y puedas mejorar.

Recuerda que la innovación no necesariamente es sinónimo de enormes cambios. Los cambios pequeños pueden crear un efecto contundente en la experiencia de los clientes.

En fin, te invito a mantener los ojos abiertos y anotar todas las ideas que se te ocurran. No descartes ninguna.

Quizás, en el momento no te resulte tan atractiva, pero luego al pasar unos días la mires de nuevo con otros ojos y te parezca mejor, o incluso, puede que puedas darle un giro y mejorarla para que funcione.

Sobre Irene Morillo

La autora es mercadologa y administradora de empresa. Emprendio en el 2007 con su agencia publicitaria Stimulos Creativos. Es creadora de Poder en Tacones, una comunidad de mujeres empresarias y ejecutivas. Es colaboradora frecuente con articulos de marketing y negocios para varios medios