Para el segundo partido de la Serie Mundial, el elegido por el dirigente Dusty Baker para guiar al equipo y empatar la serie era el lanzador zurdo dominicano, Framber Valdez, quien ha sido el lanzador más importante del equipo en la presente temporada.

Valdez que venía de lanzar magistralmente en dos partidos ante los Marineros de Seattle y los Yankees de New York, buscaba redimirse en el clásico de otoño, luego de ser castigado por los bates de los Bravos de Atlanta en su primera experiencia en la Serie Mundial de 2021.

El lanzador de 28 años y de 5 pies 11 pulgadas, creció en un pequeño pueblo llamado Palenque en la provincia de San Cristóbal y se desarrolló tardíamente empezando a lanzar a los 16 años. Contaba con el talento y como era de esperarse, otros equipos habían reconocido su potencial, incluso le llegaron a firmar, pero se asustaron por problemas de salud percibidos con su brazo.

Esto cambio en una tarde de invierno de 2015, cuando tres cazatalentos de los Astros de Houston, que se encontraban exhaustos luego de un día completo de trabajo en la región sureste de la República Dominicana, decidieron dar por terminada la jornada laboral y dirigirse nuevamente a la capital de la República, trayecto que les tomaría aproximadamente una hora.

De regreso uno de los cazatalentos recordó que había un jugador más que observar, indicándole a su supervisor, Román Ocumarez, que tenían que ir a ver al joven llamado Framber Valdez. La persona que se recordó de Valdez, fue David Brito, quien lo había visto unos días antes en un programa en San Pedro de Macorís.

Con 21 años, cinco años mayor que la mayoría de los jugadores latinoamericanos cuando firman sus contratos profesionales, el zurdo era considerado muy viejo. Pero aquel día, Brito le vio ponchar un bateador y fue suficiente para que le realizara una llamada a su supervisor. En ese partido Framber actuó durante tres entradas, pero ese único enfrentamiento que pudo presenciar Brito fue suficiente para darse cuenta que el chico tenía algo especial.

Cuando Brito se dio cuenta durante el viaje que se había olvidado de llevar a su supervisor a ver a Valdez, llamaron al agente del lanzador y acordaron encontrarse en el campo en el cercano pueblo de Guayacanes.  Pasadas las 6 de la tarde y con el sol ocultándose, Ocumarez estacionó su auto frente al montículo y encendió las luces para iluminar el terreno de juego.

Después de algunos lanzamientos que marcaron entre las 90 y 92 millas por hora y algunas curvas increíbles, Ocumarez sabía que la organización de los Astros necesitaba llevar a Valdez a su complejo para una prueba más formal. Luego de dicha prueba formal, los cazatalentos comunicaron lo observado al director de exploración internacional Oz Ocampo y llegaron a un acuerdo por un bono de firma de 10,000 dólares, haciendola oficial el 19 de marzo de 2015.

Valdez hizo su debut profesional ese mismo año con el equipo de los Astros en la Dominican Summer League, teniendo marca de 4-1 y un promedio de carreras limpias de 3.68 en 36.2 entradas, mientras ponchaba 36 bateadores. En 2016, pasó por cuatro equipos desde la liga Rookie hasta Clase A avanzada, teniendo marca de 4-5 con un promedio de carreras limpias de 3.19 en 73.1 entradas, mientras ponchaba 79 bateadores.

En 2017, dividió la temporada entre Clase A y AA con un récord combinado de 7–8 con un promedio de carreras limpias de 4.16 en 110.1 entradas, mientras ponchaba 126 bateadores. Ese año vio acción en los entrenamientos de primavera durante cinco partidos, impresionando al dirigente AJ Hinch con su lanzamiento en curva. En 2018, volvería a ver acción en las menores, esta vez entre AA y AAA, obteniendo un récord combinado de 6-5 con un promedio de carreras limpias de 4.11 en 103.0 entradas, mientras ponchaba 129 bateadores.

A pesar de haber lanzando poco en AAA, estaba listo para llegar a las mayores y recibió la tan esperada llamada mientras se encontraba en su habitación del hotel junto a su compañero de cuarto, el cubano Yordan Álvarez. Entonces sonó su teléfono celular y era Rodney Linares, su dirigente en Triple A, quien le hizo creer que llamaba para saber si estaba listo para su próxima salida al día siguiente.

Entonces, Linares le informó la noticia, había sido llamado por el equipo grande y estaba programado para debutar el 21 de agosto frente a los Marineros de Seattle.

En aquella apertura, lanzó durante 4.1 entradas, permitiendo dos hits, ponchando cuatro bateadores y concediendo una base por bola. De esta manera obtuvo su primera victoria en Grandes Ligas.

Luego de ser dejado libre varias veces por temor a lesiones, cientos de malas noches, pasar hambre y dormir incómodo, hoy es uno de los principales lanzadores de Grandes Ligas, convirtiéndose en el lanzador más importante de los Astros en la temporada 2022. Su historia nos enseña como pasó de ser un lanzador desechado por su edad a convertirse en un as en el mejor béisbol del mundo.