Programa tu cerebro para el éxito y buen rendimiento
Siempre he pensado que nuestro desempeño y resultados dependen, más que nada, de nuestra programación. Más allá del contexto y las facilidades o dificultades que sean parte de nuestra historia o realidad, el maravilloso cerebro con todas sus propiedades es tan bondadoso que lo podemos condicionar a que trabaje a favor de nosotros, tanto como nosotros trabajamos para él.
Para ejemplo, tenemos un montón de historias de éxitos cuyos protagonistas deben su tenacidad y logros a lo que han podido programar de manera cognitiva. Convirtiéndose en un estilo de vida, casi un credo, que los conduce por los mejores caminos y que en cualquier intersección pueden revisar y “reprogramar”, realizando los ajustes necesarios para fluir con estrategia, emoción y resiliencia por sus vidas profesionales o personales.
Siendo así, he podido ver en años recientes lo que significa la neuroplasticidad, esa capacidad que tiene el cerebro de recuperarse, reestructurarse y adaptarse a nuevas situaciones. Además, desde un punto de vista profesional: el neuroliderazqo, cómo gestionamos nuestro cerebro y el de los demás en nuestro equipo. Para acompañarme en el tema, una experta en gestionar emociones, ego, pertenencia, miedo, entre otros.
Fénix Pérez, gestora & facilitadora de cambios para individuos, empresas y grupos a través de Programas, Workshops y Dinámicas especializadas.
1) ¿Cómo influyen los pensamientos limitantes o positivos en nuestro rendimiento?
Al tener un pensamiento de preocupación, tus neuronas se comunican para pasar la información al resto del cuerpo y órganos, esto genera una segregación de líquidos o sustancias (hormonas, péptidos, otros) que al combinarse generan sensaciones que a su vez producen estados de ánimo físicos. Entonces nuestros rendimiento tanto físico como mental se ve afectado. Lo mismo sucede si el pensamiento es empoderante.
Por ejemplo, si un día de semana de mucho afán una gran amiga tuya te dice que está llegando al país y que te trajo un gran regalo, en ese momento el mismo camino de comunicación de las neuronas con el cuerpo y la segregación de hormonas, te lleva a un nuevo estado, un estado de alegría, entusiasmo, donde las tareas del día serán mas fáciles para ti, y esto lo determina el impacto de tus pensamientos en tu cuerpo y mente.
2) ¿Cómo cambiar nuestra manera de pensar y, por lo tanto, el desempeñó?
Conviene poner más atención a cambiar la manera de pensar, ya que estos nuevos pensamientos impactaran nuestro desempeño. El primer paso para cambiar la forma de pensar es hacer un inventario que tomará varios días de nuestros pensamientos.¿Qué pensamos cuándo pensamos, vamos a trabajar, llegamos a casa, vamos a hacer ejercicios? ¿Cuáles son esos pensamientos que gobiernan nuestros estados más recurrentes?
Tras este inventario tenemos más conocimiento sobre nosotros mismos. El paso siguiente es rebatir con preguntas esos pensamientos y creencias encontradas en el inventario. Por lo general, las preguntas de entrada deberían ser: ¿dónde o de quién aprendí esto? ¿Esto es cierto en todos los casos? ¿En quiénes o bajo cuáles circunstancias esto puede ser diferente? ¿De qué otra manera se puede pensar con respecto a esto?
Estas preguntas te llevarán a crear una nueva forma de pensar y por tanto de vivir.
3) Claves para un liderazgo / empoderamiento saludable y justo
Cambiar a un nivel de consciencia donde la prioridad sea el cariño hacia ti, hacia tus actividades, tus amigos, tus resultados, relaciones, recursos, tareas, permite que tu gestión sea saludable y que aflore tu potencial máximo.
Este tratamiento basado en CARIÑO, crea un estado físico y mental de entusiasmo, compromiso, vigor, autoconfianza, benevolencia y determinación sin empecinamiento. Es desde este estado neurológico que podemos desarrollar todo nuestro potencial día a día.