Licenciada en Comunicación Social, con posgrados en finanzas y comunicación corporativa. Profesional con más de 10 años de experiencia en comunicación corporativa y gestión de marcas comerciales. En su trayectoria profesional ha podido ser parte de proyectos en múltiples sectores, que van desde iniciativas de comunicación para el desarrollo con organismos multilaterales como el Banco Desarrollo y el Banco Mundial; gestión reputacional y comunicación corporativa para organizaciones como Tropicalia y HanesBrands; y comunicación de marcas comerciales para el portafolio de Cervecería Nacional Dominicana, y hoy en día en El Catador.

 

Ganadora de Bronce en los Premios Effie Dominicana 2023, reconociendo la efectividad en la gestión de la comunicación y marketing y fortalecimiento comercial, por la campaña "Tenemos Un Vino Para Eso" de El Catador.

 

El mundo de la comunicación es uno en transformación permanente, sobre todo con el desarrollo exponencial de la tecnología. Es un rubro en el que es necesario estar atento todo el tiempo no solo hacia las nuevas plataformas, sino también ante los nuevos recursos y soluciones creativas para conectar con el público en general. Ante esto, mi enfoque es claro: mantener el fondo y adaptarme a las formas. Al final de todo, el rol de la comunicación es entregar los mensajes adecuados de forma asertiva a nuestros múltiples stakeholders. El foco siempre será desarrollar esos mensajes y entregarlos a través de los medios y formatos más efectivos, velando por la coherencia con los objetivos de la organización, tanto a nivel comercial como reputacional.

 

Mi experiencia en El Catador ha estado llena de aprendizajes, pero uno muy importante ha sido el entender que innovación no siempre significa crear una nueva rueda, sino utilizarla de una forma diferente. No celebramos lo suficiente el impacto y trascendencia que tiene el hacer cambios y aportes en los pequeños detalles. La campaña "Tenemos Un Vino Para Eso" es un resultado de ello, donde tomamos una marca que entrega a través de sus productos una experiencia casi mágica, como es el visitar una de nuestras tiendas especializadas y disfrutar de nuestros vinos, y lo potenciamos con un mensaje diferente, más cercano e invitacional.

 

Un propósito claro y coherencia. Las marcas se basan en experiencias que se posicionan en el imaginario de nuestros consumidores. Todo lo que construimos alrededor de ellas es un adicional interesante, pero la base es esa experiencia que el público percibe al resolver una necesidad a través de nuestro producto o servicio. Hoy en día estamos viviendo un panorama de exceso de comunicación y estímulos de marca, por lo que esa diferenciación en la experiencia es fundamental, pues es lo más difícil de replicar y lo que más recordación genera en el público.

 

Lo que no se mide, no existe. En marketing existen indicadores más claros que se correlacionan con métricas comerciales como las ventas, los leads, la rotación y la recompra. Pero en comunicación tenemos un gran reto de establecer indicadores claros para medir y gestionar conceptos intangibles como la reputación, consideración, y valorización de la marca. Existen avances significativos a nivel de medición que facilitan este proceso. Por otro lado también tenemos la responsabilidad de mantener la disciplina de medición de cada una de las acciones que proponemos a nuestras organizaciones. Después de todo ahí está nuestro accountability como líderes en esa gestión. 

 

Todas las métricas son valiosas, siempre que estén visualizadas en su contexto. No veo ninguna más efectiva o útil, al contrario, para mí es crucial siempre ver los indicadores en su conjunto, pues nos permiten entender que además de ir en la dirección correcta, lo estemos haciendo de la forma correcta.